No pasa de moda. Puedes hacer colas larguísimas si llegaste sin reserva. Tampoco es un comedor como para presumir. Simplemente te sientas a degustar pescados y mariscos, como se debe.
El sitio es un templo consagrado a los mariscos con una escena bien diseñada pero no muy concentrada en los acabados finos ni en los detalles y adornos excesivos. Podría considerarse una buena marisquería de postín con un gusto educado. Los meseros portan igualmente ese aire despreocupado, hasta diría yo, demasiado confiado, que les permite un trato familiar y cortés.
Uno se puede quedar con las entradas perfectamente sin siquiera tocar el grueso del menú. Los diseños de algunas de éstas son atrevidos, como si persiguieran con la actitud ofrecer cierta contemporaneidad en la hechura. La oferta es amplísima.
Voto por los tacos de charal asistidos por una buena embarrada de frijoles fritos y encubiertos por un seto de cebolla y cilantro, conjunto que humedecerá la salsa según el gusto. Las carnitas de pescado son un platillo interesante. Su sabor es buenísimo, sobretodo cuando el guacamole hace su tarea tonificando la carne bronceada, con sus grasas finas.
No dude en atacar unas ostras gigantes de cultivo procedentes de Ensenada. Se aderezan con esa salsa brava de cebolla y otros jugos destinados a sazonar las carnes blandas de estos elegantes moluscos, como en cualquier bistro de París. Me queda muy claro que Contramar genera adicciones a su paladar. El surtido de tostadas, tacos, sopes, frutos de mar al natural y platos tan extraños en estos menús como los huevos rotos con patatas, los tacos de machaca y los exquisitos rollos crujientes de camarón, medio orientales, supone una actitud perseverante e innovadora en la mano del chef.
Hay platos como la jaiba suave a la mexicana que merecen
entusiasmo en los calificativos.
El atún chemita se sirve con garbo y porte como en el mejor restaurante de alcurnia de la zona. Este plato es una magnífica opción que evade las grasas y está lleno de sentido y sustancia. Hay que mencionar otros filetes como el de pez espada, el de salmón a las brasas o el dorado cubierto de una salsa caprichosa de mariscos. Ordene un merengue o una buena tarta de manzana con helado “on top”.
Durango 200, Roma. T. 5514 3169,
5514 9217
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