Torta cafe habana -1

Con mucho afán poético o delirio romanticón, hay quien afirma que a mediados de los cincuenta, aquí se reunieron Fidel y Raúl Castro con el Ché Guevara, para conspirar contra Fulgencio Batista. Y ésta es una de las grandes leyendas urbanas que atesora la historia romántica de El Café La Habana, del que por cierto, nadie parece acordarse de por qué se llamó así desde que abrió en 1954.

CAFE HABANA SALON

A los 61 años refleja perfectamente la edad que tiene. Y uno no esperaría menos, el desenfado y la austeridad forrada de madera y el espacio abierto todo lo que se puede, con esa barra que atraviesa de palmo a palmo, compone un escenario nostálgico, que en ésta época, simplemente ya no se repite en construcciones modernas.

Cafe Habana lechero -4

Lo de aquí es el café, en todas sus formas. Es de Veracruz y te lo venden para llevar si quieres. Todavía el express tiene ese punch que le concede un valor extra al sitio. Sí, y todavía vienen periodistas de nombre, si bien esporádicamente, y uno que otro artista de no tanto lustre.

Milanesa -3

Y si los dueños dicen que lo mejor de aquí son las enchiladas y los chilaquiles, los nuevos visitantes aman los enormes machetes de buena masa y mucho relleno que no cuestan más de 50 pesos y te dejan bastante bien forrado el estómago.

 

 

Cafe La Habana Enchiladas

Las enchiladas tiene un mole aceptable y bien timbrado, y no son austeras ni en pollo ni en salsa o frijoles (110p) y las hay michoacanas, rojas, verdes, suizas. Con ese enfoque a ser inmensos que les contagió el espacio amplio, el menú también lo es. Pozole, sopes, chilaquiles, tostadas, chapatas, hamburguesas, pepitos, tacos , quesadillas y lo que nos haya faltado, construyen la imagen arquitectónica de un monumento a la vitamina T , cuyos sabores son disparejos pero siempre cumplen.

CAFE HABANA TORTA DE PIERNA -2

No le decimos no a una torta del Café La Habana y aunque la de pierna adobada es buena, la de milanesa podría competir contra las mejores de su especie en esta capital. Finalmente, los lujos de la fonda se presentan sin desprecio en todas sus presentaciones obligadas. La milanesa viene arrugadita y pasa, pero hay pescados, pollo con mole, una sopa de tortilla más que recomendable y pastas, como para los niños.

El aroma del café, al final, se llena de murmullos que solamente pueden escucharse dejando perder la vista e imaginando el salón de otras maneras…en otras épocas.

Morelos 62 y Bucareli. Centro