La prensa y los yummies hablan muy poco de él, como si no existiera o se asumiera que ahí sigue, nada más. Acaba de renovar su imagen y su menú siempre recicla platos. El chef Justin Ermini, de Anatol, me comentaba que le gusta ir a Bakéa porque siempre ofrece muy buena cocina.
Ya pasaron más de 20 años y sigue firme, con una clientela recurrente. En la mesa se propone lo mismo, platos de las cocinas: vasca, mexicana y francesa. El servicio está ok, muy bueno si perteneces al grupo de visitantes reincidentes, más o menos si te ven nuevo. Vicente Etchegaray, chef propietario, es una figura notable en el mundo de la cocina en México, pero su restaurante, parecería que podría transitar pisando la misma línea otros 4 lustros, sin mayores apreciaciones evolutivas. Y esta es una de sus virtudes.
Con la refrescada de imagen, la nueva terraza y la nueva vibra, Bakéa quedó “muy padre”. Se localiza en una zona exclusiva en el centro del lujoso barrio de Las Lomas de Sierra Ventana. Su decoración privilegia las luces tenues y las pinturas de aspecto sosegado que adornan muros. La imagen general es impecable, sobria y elegante.
El menú de Bakéa cambia lúdicamente. Esa dinámica, la de transitar con la mesa paralelamente a las cosechas, a los productos que ofrecen las estaciones es un sello fundamental de su oferta gastronómica. “Propongo un menú que toma lo mejor de las estaciones, preparado con técnicas que he aprendido en México y Francia, a través de años de disciplina y dedicación. Deseo transmitir en cada plato que llegue a su mesa, el amor a esta noble y generosa profesión”, escribe Etchegaray en su menú.
Divide su carta en cuatro secciones. Entrega un amuse bouche que habla de la cocina. Esta vez en la sección de “mesa fría”, un carpaccio deliciosamente bien “aceitado”. También una ensalada de arúgula que se ve fina, se siente mejor. Luego del “rincón caliente” mandan un cachete de cerdo en salsa de vino tinto con puré de papa y un rack de cordero sentado en alubias con sabores rústicos, pero precisos, suculentos.
La lista de vinos admite precios para distintas bolsas. La vista sucumbe fácilmente a los apetitos artísticos de los alimentos dispuestos por el chef en plato. El amor por esta cocina surge de la vista. Las porciones son moderadas, los precios altos. Hay una buena lista de segundos salidos “del estufón” y “del mar”. En su cocina de sabores pronunciados, de salsas intensas, la escalopa de foie puede ser demasiado para uno solo. Unos riñones de ternera salteados en echalote son excelentes, pero el paladar se cansa pronto. La codorniz rostizada no se ausenta del menú. Los mejores platos de Bakéa, exaltan gran elocuencia en los sabores y mucha elegancia. A nuestro parecer los postres no son el fuerte del lugar, buen sabor, demasiado dulce. Hay una amplia selección de café.
Sierra Ventana 700, Lomas de Chapultepec. T.5520 7472,
EL BAKEA !!!! UN GRAND CLASICO DE LO MAS RICO QUE ENCONTRARAN!!!! COMIDA CON MUCHO SABOR Y CALIDAD!!! FELICIDADES A MI BROTHER CON QUIEN EMPEZE A TRABAJAR EN 1983 EN LAS FILAS DEL CAMINO REAL , FOUQUETS ECT….UN GRAND COCINERO !!!!!
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