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Fonda Margarita Menú

Dicen que Fox venía seguido por aquí. Este lugar que abre desde las 5:30 de la mañana y cierra antes del medio día es una de las joyas de la corona en la colonia del Valle. Como en el mercado, tira mesas largas para arrimar a todos los que quepan sin más acicale que lo que se va a ocupar. Y poco importa que tu conversación la escuche el vecino y la haga suya, porque realmente aquí se viene a cultivar los selectos sabores de la cocina de cazuela, y la charla puede esperar. Además, el trío que instalan junto a la puerta acomoda la atmósfera para sí, amoldada a un traqueteo de meseros que van y vienen preguntando y entregando. He de anotar que pueden llegar a ser bastante distraídos, o tan afanosos que se escuchan agresivos.

Fonda Margarita 4 -4

Las Doñas bien se sientan con comodidad en este salón invadido por especímenes de todo sedimento social, desde los trabajadores que llegan bien sucios y apestosos a reponer energías, hasta los policías que arriban a sabiendas de que la cuenta será de grapa. Hay sacos de los caros, mujeres que se bajan de sus camionetonas de lujo enfundadas en jeans que dejan ver lo mínimo y lo máximo, y una que otra ejecutiva de PR, verdaderamente asidua al demacrado salón, el cual, en un descuido, no duda en mostrarte el desaliño, la suciedad  y una que otra cucaracha. Pero esto último es una observación, no una condena, aun cuando los dueños con relojes caros en las muñecas, bien harían en darle una acicaladita a todo el sitio, que se llena y se llena y se llena varias veces desde las 5:30 de la mañana, hasta casi las 12 del mediodía.

Fonda Margarita Taco de Chicharron -5


Aquí el ejercicio es muy simple. Llegas y te instalas en el tablón donde haya espacio, y si no lo hay, puedes recurrir a que la gente se corra un poco y te abran espacio, aunque corres el riesgo de que tus vecinos utilicen los codos para proteger su diminuto territorio. Sucede.

LFonda Margarita genteLlegará un mesero a preguntarte qué quieres, porque supone que ya lo sabes, dado que no concibe que no hayas ido varias veces. No hay menú, todo está apuntado en una manta detrás de la zona de despacho. Recomendación, si quieres probar dos o tres platos, pide medias órdenes. Luego lo único que te queda es esperar. Pero todo llega muy pronto.

Fonda Margarita 2 -3

Al frente los fogones y la caja. Cabe demasiado en ese galerón y el olor a comida te invade todo. Hay que elegir de la manta, pero lo que más se pide aquí son los huevos pasilla, los frijoles con huevo y el chicharrón. Con cortejo de jugo grande de naranja y café de olla, las tortillas salen una y otra con ritmo. Los jugos de los platillos se vuelven adictivos y todo parece antojarse o ser bueno. Las costillas de cerdo, las tortitas de carne, la longaniza en verde y las manitas de cerdo, entre otros, se despachan de enormes calderones colocados sobre estufas que nada tienen de marca. Las pociones ya se miden con un cálculo exacto, los platos salen rápido, no hay dilaciones, y nada más, lo que  tardes en consumir, ya que la mesa hay que llenarla y después de uno sigue otro, porque la casa pierde. Hay Mundet rojo. Al final un churro, pero apártalo.

Fonda Margarita Mesa completa -8

Es folclórico, es pintoresco, suele ser delicioso y relativamente barato, pero también es muy incómodo y a veces poco grato. Tienes demasiado cerca a otros comensales, y ya sabes, la gente es la gente. No todo el mundo entiende que al comer hay que cerrar la boca; que hay que bajarse de la moto al sentarse en la mesa; que sorber moco o sonarse, no es un ejercicio grácil en público; que hablar por teléfono a diez centímetros del compañero no es decente; que regarse la piel con loción o perfumes baratos puede ser una tortura; o que hablar a gritos y leperadas, es un acto que simplemente debe guardarse para cuando estés en un congal o en tu baño, sólo.

Fonda Margarita estrellados longaniza -6

El ambiente es el de un mercado, de tertulia, en donde sólo encuentras desayunos y almuerzos. Y por ello muchos chefs nacionales y extranjeros lo valoran tanto, porque encuentran la cocina honesta de la gente común, en un lugar que ya puso su nombre en el muro de entrada con letras plateadas, pero por dentro es humilde, feo, cochino y ruidoso. Pero su exquisitez y sus talentos tampoco dan para que, en el colmo de la estupidez, a algún paladín de la gastronomía se le haya ocurrido incluirlo entre la lista de consolación120 , promovida con lana gubernamental, y como una extensión de los 50Shit (o así parece). Pero bueno, ese es otro tema, al cual volveremos…..


Adolfo Prieto 1364-B, esq. Tlacoquemécatl . Del Valle.  T. 5559 6358

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