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Se acomoda en 56 metros cuadrados y apenas caben 24 comensales cómodamente. Ubicado en la esquina de San Antonio en la colonia Nápoles, Le Petit Resto es un restaurante francés muy de porte parisino. Adentro es cálido, curioso, francesito. El chef Jean-Louis Raffier siempre está ahí, en la mesa pegada a la cocina que hace las veces de oficina, café internet, mesa del chef y aparador.
No se espere grandes comodidades, pero hay algunas botellas de vino, bien seleccionadas y un menú más amplio de lo que uno pensaría que la cocina pudiera soportar. No hay otra cosa que hacer más que comer bien una serie de platillos clásicos que saben así, con la rusticidad que habría de esperarse y que enamora. Primero unos caracoles, un vol au vent relleno de mariscos y unos patés de la casa, o si prefiere el de la abuela que es más campirano. El pan es delicioso, pero lo hacen a un par de calles en Sucre I Cacao, sobre Augusto Rodin.
Hay ostiones, carpaccios, foie gra entregado en todo su esplendor y una serie de arrumacos que terminan con una selección de sopas en donde no falta ni la de cebolla, ni la crema de cangrejo o la sopa de brócoli. Todas ellas potajes sencillos que ganan con el tiempo, a medida que escarba la cuchara.
Para los segundos una clásica tripa francesa “para expertos”, dice el chef, de sabores bien puestos; el imperdible coq-au-vin que anuda aromas; las costillas de cordero servidas al punto; el salmón con estragón; las crujientes sardinas de Portugal; la blanquette de ternera o la enorme costilla de cerdo, y claro, el cordero en todas sus presentaciones. El menú es una vitrina de delicias. Los sabores aportan y nutren y al final, con o sin postre importado de la Balance, uno queda agendado para regresar.
San Antonio 100 esq. Indiana
Nápoles
Tel. 5611 9128
Chef Jean-Louis Raffier
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