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Jaso Burrata -2

Ocho años después, en plena madurez, la cocina es menos ambiciosa en forma, pero con alcances mucho más interesantes en el fondo, con sabores más pulidos, menos comprometidos con una cocina sobrecargada en ingredientes, pero a la vez con tributos plenos de sazón que arrancan sensaciones nuevas.  El dulce es otro entre sus grandes especialidades, y un motivo de celebración constante.

«Hoy utilizamos sólo productos de temporada, aseguramos la frescura y el precio es menor para todos. Es cocina que se antoja. Me interesa jugar mucho con lo que propone el clima que degustemos». Dice Jared Reardon

Un giro a sabores y fusiones con oriente se percibe en varios platos, en los que se aprecian productos que se han vuelto una moda, como la burrata, pero con un tratamiento que estimula otro tipo de exploraciones, como cuando se le agrega sandía y jitomates heirloom con un caldillo que envuelve. El hamachi también agradece colaboraciones frutales con gajos de toronja y otras cosas.  La exquisitez del pescado en sí misma se exalta pero la preparación lo alimenta enormemente.

Jaso Hamachi 2 -4

Jaso pasó de ser un sitio de cocina de autor, un “estilo” cuyo concepto genérico parece perder jugo desde hace unos años, para acomodarse en una cocina postrada en la expresión que puede sacar al producto. Los sabores entonces son excelsos, hay pocas fallas y la innovación se aprecia con inflexiones y acentos más firmes.

El restaurante fue golpeado, quizá como ningún otro, por una de las obras públicas más obtusas e ilustrativas de la corrupción de los gobiernos capitalinos: la renovación de Masaryk.

Jaso Cmarón jumbo -5

Con todo, se trata de una de las opciones más legibles de cocina evolutiva. El chef Jared presenta una propuesta muy fresca con platos salidos de una imaginación audaz, de una vena creativa que se atreve a deshacer combinaciones lógicas para obtener resultados plenos. No vacila en explorar habitáculos tan regionales como el de los moles para aplicarles acompañantes. Si bien el paladar no reacciona igual de entusiasta ante todos lo platos, no se puede negar la calidad de la ingeniería culinaria. El rack de cordero rostizado con un cremoso de risotto de cebada, frutos secos y una salsita de romero, es uno de estos platos. Pero sus camarones con una bouillabese  de té limón son exquisitos, sólo por ejemplificar.

Jaso Cordero -6

Jaso disfruta de una terraza para fumadores casi tan grande como el salón principal. El lugar se ordena a lo largo de una nave estrecha animada con elegancia. Cuando se llena, la intimidad expira. El montaje de las mesas se diseñó con amor. Los trapos son caros, los avíos también. Música lounge muy bien seleccionada. El servicio es aprensivo, nervioso, inquisidor y experto.

JASO pescado -8

La lista de vinos plantea la necesidad de compaginar una gran variedad de platos. La cocina pasa quizás por su mejor momento. ¿o vendrá otro todavía más deliciosos? Inútil narrar los platos del menú, cuando usted llegue serán otros, porque lo que distingue a este sitio es justamente esa capacidad lúdica por reinventarse continuamente.

Sonia Macarrones

La participación de la chef repostera es algo que identifica al restaurante. Sonia Arias desarrolla postres que parecen paisajes de diseño, en boca y a la vista. Además ofrece postres, vinos dulces y pasteles en su bakery instalada a la entrada de Jaso. Lo que hace Sonia es de primer mundo, merece reconocerse y premiarse. Como el helado de miel.

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