
La irrupción de Martín Berasategui, a la edad de 26 años, en el teatro gastronómico vasco deslumbró con su ingenio y virtuosismo técnico. Gracias a su increíble aptitud para anudar ingredientes inverosímiles y engendrar platillos maravillosos llenos de equilibrio, Berasategui fue hilvanando una cadena de estrellas Michelin. Siete hasta ahora. En México existen dos de sus restaurantes. Uno de ellos es Passion, ubicado en el Hotel Paradisus en la Riviera Maya, el otro se llama Tempo, en el Me de Cancún. ¿Has oído hablar de él?

En un mundo donde la lógica impere, saber que existen un par de restaurantes de Martín Berasategui en México, desde hace años, invariablemente procuraría suficiente material informativo como para alentar comentarios sobre su cocina, en los medios, y, por ende, ser incluido hasta en las listas baratas de premios de revistas de mucho nombre y poca importancia periodística. Pero en México, entre la fauna digital o escrita, prácticamente nadie comenta de ellos.
Más allá de que Berasategui acumule estrellas, diseminadas entre sus restaurantes, para quien guste del conteo de galardones, y que este año le haya cedido su lugar a Jorge Vallejo, en la lista de los 50Shit, lo que encarna Berasategui para la gastronomía mundial, no lo representan ni todos los restaurantes mexicanos juntos, ceñidos en la “lista asesina”, como le llama Ferran Adrià a los 50Shit.

Luego de algunas zambullidas en Passion y Lasarte(2), nos parece imprudente pensar que Quintonil, Biko y el mismo Pujol, puedan rivalizar, al grado de imponerse, a la producción de Berasategui, representada en México por Maximiliano Sola. El ejercicio de las comparaciones, y el establecimiento de parámetros que prometan un vencedor, suele ser irreverentemente absurdo. Por ello es que la aplicación del calificativo “mejor”, utilizado hasta la náusea por la prensa nacional “especializada”, en todos sus estratos, es, por así decirlo un acto inadmisible, insensato e injusto, que solo acusa prostitución, ignorancia, compromisos y amarres para calificar como mejor a unos dejando olvidados a otros porque al que califica: “no le gustan”. El misérrimo nivel cultural de muchos actores de esta prensa gastronómica se puede medir por el número de veces que utilizan la palabra mejor en sus escritos. Y de ahí pasamos a las listas, como la última “de consolación” de los 120 de Tobi, que prefirió meter a una tortería, a una fonda y a alguna marisquería por encima de un sitio como Passion, patrimonio de la cauda de 7 estrellas Michelin de MB. ¿Vaya quilombo no?

Berasategui produce en un teatro perfectamente diseñado, aleatorio y armónico plegado a una experiencia gastronómica intensa, Como dijera Juan Luis Forcada: Berasategui ha construido un universo culinario propio en el que técnica, elegancia y sabor están al servicio del placer del comensal. Por tanto dejarlo fuera de cualquier consideración como top, muestra el nivel intelectual de quien produce la lista ¿o no?

A mi no me salen las cuentas….dice Berasategui
Vamos a explorar una idea: no existe un sistema de medida o de alguna otra índole, establecido para la evaluación de las cocinas. Con lo único con lo que contamos es con los sentidos, tan desarrollados como los provoquemos y en todo caso, asentados sobre una historia personal, descomunalmente distante a la de otro paladar o paladares. La apreciación, y en sentido profesional, la observación de las técnicas, y la calidad y procedencia del producto, son las opciones para establecer parámetros y lograr ganadores, pero como en el fútbol, sigue siendo un “deporte de apreciación”.

Lo que se evidencia a simple vista es que ninguno de los mexicanos incluidos en la “lista asesina”, reúne características de excelencia en escena, atención, servicios básicos, y otros logros para compararse con un restaurante de Berasategui, por ejemplo, y que salgan ganadores absolutos dejándolo fuera de cualquier campeonato.

A mi no me salen las cuentas… dice Berasategui
Lo que no me convence de la lista Pellegrino es su proceso de clasificación. ¿Crees que un cocinero que está entre los 50 mejores del mundo tiene tiempo para ir, comer y valorar a sus colegas? Imposible. Cuando me pidieron mi propia clasificación, me negué a darla por respeto. Y eso tiene una fácil explicación: ¿me pueden enseñar sus pasaportes los que votan? Con eso me vale. Ni Andoni (Luis Aduriz), ni Juan Mari (Arzak), ni Carme (Ruscalleda), ni Joan (Roca) han estado últimamente en mi restaurante. Ni yo en los suyos. Si entre amigos no tenemos tiempo para visitarnos… Me parece injusto que yo vote a los cinco mejores, si mi profesión me impide conocerlos para poder valorarlos. ¿Conoces a alguien de los que ha votado que haya estado en los 6 tres estrellas Michelin de España? Yo no. Las cuentas, sinceramente, no me cuadran. En cambio, siempre he respetado mucho la labor de guías como la Michelin, porque han podido demostrar la seriedad con la que trabajan, algo que me parece fundamental.

El mundo en Passion
En Passion la seducción inicia al cruzar la puerta. Es el sitio más lujoso en el Zócalo del Hotel Paradisus Riviera Maya y dispone de un planteamiento gourmet con prestigio internacional. Cenar aquí también es un lujo, por lo que cuesta en tiempo y dinero, pero la cocina de Martín Berasategui no es para dejarse pasar por alto. En una experiencia dividida en varios ensayos, casi todo nos pareció fantástico aunque se siente un vaivén en las suertes de la cocina. Como si no todo hubiese sido diseñado con la misma fortuna ni con el mismo espíritu creativo, a priori. Es decir, hay un ritmo y una armonía tácita que sostienen una temática que va generando las explosiones en boca.

El primero fue un menú preparado por el chef Maximiliano compuesto por los hits de la carta. Algunos como el foie con salmón, son una razón de peso para regresar aquí una y otra vez. Definitivamente Berasategui juega en otras ligas culinarias. En cada plato, sobra decir que la estructura, el diseño y la composición, transitan dentro de un mismo plano en donde o todo es extraordinario, o muy cerca de serlo. La cocina no será la misma cuando usted llegue porque los platos cambian constantemente, así que narrarle o describirle uno solo es irrelevante.

Con una escena exquisita, con una pulcritud infatuante y un estilo híbrido curado con empeño, la única demanda es por tiempo. Las dos cenas duraron 4 horas, y aunque parecimos disfrutar casi cada minuto, lo cierto es que la cena se hace larga. Es el único restaurante en donde se exige estilo al ingresar. Una noche nos tocó ver a una familia enorme llenar casi uno de los saloncillos. La gente iba de marcha y se ocupaba poco en la naturaleza real de la cocina, así que se fueron protestando por todo el tiempo invertido y se acababan los platos de dos bocados. Creo que ese es el riesgo de Berasategui en Passion, el que su esfuerzo se malinterprete o no se valore. Por lo demás, la experiencia, innegablemente, debe vivirse.

En una reciente conversación, el chef Max Sola, quien ha trabajado con Martín 11 años, habla de la evolución de Passion y el concepto de Berasategui en México: “En estos casi cuatro años hemos evolucionado mucho tanto en sala como en cocina, una de las cosas que más destaco es la perseverancia al mantener una línea de autenticidad en nuestra gastronomía, esto último es difícil teniendo en cuenta que nos encontramos dentro de un resort en donde la mayoría de los huéspedes son estadounidenses, pero también encontramos toda clase de nacionalidades y paladares a los cuales satisfacer. Nuestra meta es seguir por el mismo camino, mejorando día a día a base de pasión, esfuerzo y dedicación.»

¿Qué opinas de la poca difusión de Passion hacia afuera? Prácticamente no aparece en medios importantes ni en redes sociales, siendo un sitio con una cocina excelsa.
Quizás esto hubiese sido causa de frustración personal para un gran número de chefs, pero en mi caso y aunque no fue sencillo, me aboqué a lograr que todo un equipo humano comparta la idea de simplemente hacer las cosas bien por pasión, sin importar la fama, sin compararse con nadie, simplemente por la satisfacción de haber dado lo mejor de cada uno al finalizar el día.
Cuando menos lo pensábamos llegó la gran noticia de que nos habían otorgado los 5 diamantes de la AAA, esto llamó la atención de la compañía, ya que somos el único restaurante del hotel que ha logrado este galardón y a raíz de ello, entramos en un proceso de difusión más ambicioso.

¿Qué piensas de los movimientos gastronómicos en México?. ¿Qué opinas de los 50best y de las listas en general?
En realidad conozco poco de los movimientos gastronómicos en México. Sobre los 50 Best, creo que lo valioso de figurar dentro de la guía, es que te abre las puertas a mucho mercado, pero luego de probar varios restaurantes los cuales ostentan altas posiciones en la lista, he sacado mis propias conclusiones, quedando un tanto desilusionado…
Me recuerda cuando una vez un joven mesero se acercó a preguntarme desconcertado, que no entendía cómo el restaurante de tacos donde iba a comer con su familia estaba por encima de Passion en Tripadvisor. A nivel profesional respeto guías del calibre de Michelin, Repsol, AAA, etc.
PARADISUS P DEL CARMEN. 5a. Avenida, esq Calle 112. Luis Donaldo Colosio
Playa del Carmen, Q. Roo T. 984 877 3900
(Nota: fotos tomadas de Passion y Martín Berasategui web)
Debe estar conectado para enviar un comentario.